La fitoterapia, el arte de curar a través de las plantas, se practica desde los tiempos más remotos y en todos los continentes. Los efectos indeseables provocados por ciertos medicamentos químicos han contribuido sin duda a rehabilitar la fitoterapia. Pero esto no significa que las plantas no sean tóxicas y/o inofensivas. Por tanto, el farmacéutico debe disponer de todos los conocimientos que exige la utilización de la fitoterapia.

Existen diferentes maneras de seguir un tratamiento a base de plantas; el objetivo no es siempre, por supuesto, el de restablecer la salud. Más en concreto, el objetivo de la fitoterapia es ayudar al organismo a combatir la enfermedad y restablecer un equilibrio que había sido perturbado, lo que implica transmitir una estrategia terapéutica al paciente y proponerle el uso de plantas.

La homeopatía nos enseña a tratar de forma individual a cada paciente y su tratamiento. Es una elección terapéutica de primera intención que se rige por el principio de “primum non nocere”, es decir, “en primer lugar, no perjudicar” y por ello, no es tóxica, ni yatrogénica, ni cara.

La obra se presenta en forma de “fichas-consejo”. La búsqueda de conceptos puede realizarse a través de una doble entrada: por patologías o cepas (ordenadas alfabéticamente) y también a través de un índice claro y detallado que facilita una búsqueda rápida y fácil por orden alfabético, situado al final de la obra.

Cada ficha consta de dos partes:

• · Parte I. Definición de la patología y sus síntomas, preguntas clave, principales cepas homeopáticas, especialidades más comúnmente utilizadas.
• · Parte II. Información médica resumida y específica, signos de mejoría o empeoramiento del paciente, principales diluciones prescritas, perfil del paciente, seguido del tratamiento y la posología prescrita, tratamientos alternativos.